30 junio 2012

Microrrelato de un meditabundo 5 minutos antes de irse a la cama



Las 8 y algo de la tarde. El cabrón no puede ir más lento. A ver... Nada, a esperar. Voy a escucharla otra vez. Ta na na nán Ta ta na ta na na nán Ta ta na ta na na nán Ta ta na ta na na nán taneino Suddenly something has happened to meee as I was having my cup of teaaa Llego al tono. Podría cantarla en algún concierto que diese algún día. Tengo que buscar grupo. Ya. Podría incluirla en el repertorio de versiones. Sí. Y cantarla ahí arriba, rodeado de cuadros de aquella artista menorquí de ochentaytantos que sabe perfectamente cómo darle peso y apoyo a sus personajes, o personas, vete tú a saber. Amantes, seguro que amantes. Igual es buen destino para descansar. Me dijeron que en Menorca se puede hacer eso. Entraré en contacto conmigo mismo. Me escucharé, y de fondo al mar. Yo, y el mar. No sé... puede que alguien interesante que ame, que me ame un par de noches, a la luz de la luna. No imagino quién. Ya veré. Do you know you made me cryyy oouooh? La voy a echar de menos. Aunque sea una semana. La verdad que no me ha dado apenas tiempo de hablar con ella. Claro, con la fiesta y todo el rollo. Pero necesito aunque sea eso, una mirada y saber ella que yo estoy bien. Recuerdo cuando dormíamos juntos. Sentía su calor, y eso me hacía sentir seguro, cómodo. Su olor. También. Tengo que ayudarla. Lo necesitamos. Ya. Por fin. Venga, ahora a toda ostia, y rápido a mi carril,,. Joder, debo ir a 130 por lo menos. Que termine ya. Puto camión, no podía ser más largo. Ostias, ¡¡¡ostias!!! No, por favor. Me lo voy a comer. [Orden de frenar a tope+Orden de girar el volante a la derecha. Modo: Instinto de supervivencia activado. Pulsaciones por minuto : 90. Respiración: normal]. Que termine ya, por favor. (Suspensión del tiempo. Los sentidos se abren de par en par. No hubo lágrimas, ni toda una vida pasar. Tampoco hubo luz cegadora, ni airbags. Sólo él con nadie más). Stop. Eject. Insert. Play.

 A veces vuelvo atrás, antes de todo eso, como quien mira fijamente al horizonte. Me parece hermoso, u horrible, o probablemente un poquito de ambas cosas. Por lo que causa, o por ser consecuencia de lo anterior. Pero eso que yo veo no existe como tal más que en mis espejos del alma. Y a cada segundo le pongo un nombre o color. Por eso es pasado, y yo, presente. ¡Uy! Las seis y algo de la mañana. Me voy a la cama.