18 enero 2012

Caca a la brasa, de primero.


"Hay que comer de todo", ¿no?

En realidad, no conozco el origen de tan empleada expresión, pero me resulta tan imprecisa como intencionada. Imprecisa porque... ¿qué es todo? Se supone que comida, pero ¿qué es comida? Porque en Tailandia los escorpiones, escarabajos o la ensalada de gusanos son auténticos manjares, y en la época del hambre en la posguerra civil española, se comían gatos, incluso te los vendían por liebres. Entonces, ese "todo" no es más que "nada" en concreto. Pero esto no es absolutamente cierto, ya que cada vez que la escuchamos, sabemos más o menos a qué se refiere ese "todo" y no es más que a todos los productos que están en el mercado, y ello incluye salchichas, pizza, filetes rusos, albóndigas, croquetas, champiñones, ketchup, salsa brava, mostaza, salsa tártara, patatas fritas, sushi o naranjas de la china, entre otros millones de alimentos que podemos encontrar en la estantería de cualquier super. Pero si realmente necesitásemos comer de todo para estar sanos, ¿cómo se entiende que muchas de las generaciones anteriores se pudiesen alimentar durante toda una vida a base de legumbres? ¿Y qué pasa con aquellos alimentos que apenas se comercializan en nuestro país y por lo tanto apenas consumimos, como la carne de canguro? ¿Tengo menos esperanza de vida si durante toda mi vida no pruebo las nueces de macadamia? (que mira que están buenas, ¿eh?). Pues eso, que me suena a mito falso para que compremos de todo y pongamos obeso a nuestro sistema capitalista; el de compre un kilo, tire cuarto y mitad; para sobrealimentar a la cultura del envase en la que prima lo superficial, las modas: ahora es la comida japo, hace unos años era la comida thai y en un futuro, vete tú a saber. 

De cuatro médicos a los que he preguntado, tan sólo uno considera que comer carne sea necesario para estar sano. Yo creo que es mentira. Que para estar sano, hay que vivir sin prisas, con mucho amor hacia uno mismo y los demás, hacer un poco de deporte, beber mucha agua y obtener los nutrientes necesarios para el organismo. Como consiga yo mis proteínas, eso es asunto mío. Como explotemos los recursos naturales, eso es o debería ser asunto de todos. No digo que no haya que comer carne, puesto que, como seres omnívoros que somos, si estamos en condiciones de elegir, podemos elegir. Pretendo decir que creo que deberíamos sumar la cantidad de carne o pescado que consumimos a la semana, por establecer un parámetro. Porque carne y pescado son los filetes, salchichas, albóndigas, croquetas de jamón o pollo, pizza de jamón o bacon, carne picada para la pasta, avecrem de las sopas, muslo de pollo para el cocido, chorizo para las lentejas, embutidos de todo tipo, paté o foie, el atún de las ensaladas, la merluza, entre otros alimentos. A la carne consumida deberíamos sumarle la tirada a la basura. Y ello deberíamos compararlo con la cantidad de proteínas animales (2-4 raciones de carne y de 3-5 raciones de pescado semanales) necesarias para el organismo. Proteínas, según 3 de los 4 médicos encuestados, que pueden ser sustituidas por proteínas vegetales. No digo que no haya que comer carne, repito. Pretendo decir que deberíamos ser conscientes de la cantidad de animales presos, maltratados, enjaulados y explotados que viven en granjas de explotación masiva y que son matados para satisfacer nuestro paladar exquisito y exigente. Y ello no debería ser lo normal.