"Me miro por enésima vez al espejo, me recoloco el flequillo que tapa tres cuartas partes de mi cara inmaculada, perfil izquierdo, perfil derecho, arriba, abajo, giro de 35º a la izquierda de nuevo, ¡yeah! me enciendo un cigarrillo, salgo a la calle, luces, cámaras y acción. El mundo me espera. La gente me mira al pasar. ¿Qué les pasa? ¿Tengo monos en la cara? No, son mis Ray Ban de pasta roja, mis Converse All-Stars, mi camisa a cuadros rojos y verdes XXXXL, mi camiseta de "I'm a free bitch" y mi bolso de Purificación García, que son lo más, y todo ello junto formando una espiral de eclecticismo estilístico, que sólo me pertenece a mí y deja fuera de juego a cualquier "mediocre". Camino lo más erguida que puedo con mi iPod rosa, mi Canon 5d dispuesta a retratarme en 180 poses y 240 estados anímicos diferentes que hora y media más tarde colgaré en el Facebook, Twitter, Tuenti y Myspace. La cabeza un poco torcida y la boca cerrada marcando labios, que así parezco más sofisticada. No miro directamente a nadie, pero observo de reojo como me escanean con sus miradas de primates lascivos, ellos; y de pekineses enrabietados, ellas. Normal, tienen una envidia corrosiva de esta película que es mi vida y cuya única protagonista soy yo..."
Basado en hechos reales.
Mientras tanto, escucho esta canción:
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