03 octubre 2010

Declaración de principios




No seré joven a los 26, adulto a los 38 y anciano a los 60 desisto por completo de considerarme homosexual porque me gusten los hombres y yo a mi vez sea hombre voy a empezar a dejar de pensar mal de mí mismo por cometer actos impuros de forma reiterada o robar en  grandes almacenes y no por ello me creeré un rebelde sin causa No leeré el Quijote, Hamlet o la Biblia hasta que no me dé la gana porque los libros del momento son otros me apuntaré al gimnasio cada vez que el sistema pueda conmigo y dejaré de ir cada vez que mi pereza sea más fuerte que el sistema prometo seros infiel en la salud y en la enfermedad hasta que la incomprensión del amor establecido y el que ha de ser nos separe (a cambio prometo no olvidaros nunca ni dejar de quereros, a uno más que a los otros) romperé alguna que otra promesa Voy a abandonar mis ideas al viento y permítanme dudar hasta de mí mismo me pintaré la ralla de los ojos algún sábado que otro para ir a la discoteca y me rascaré los huevos si fuese preciso para disipar toda duda en momentos de debilidad le rezaré a mi dios de bolsillo y pronunciaré el nombre del tuyo en vano si la ocasión o las víctimas lo requieren  escupiré en la cara de quien se atreva a circunscribir el amor (o más bien me aguantaré la saliva, por respeto) prometo además caer en la vulnerabilidad del que se equivoca o cambia de parecer lloraré en silencio si me fuera preciso y gritaré hasta desgarrarme lo que muchos otros ya dijeron tu lógica solo será tu lógica (y la de algunos otros) las excepciones nunca confirmarán la regla (ya que ésta no es más que una excepción más bajo imperativo) los hombres no vendrán de marte ni las mujeres de venus generalizaré con el masculino en muchos casos porque así lo digo antes no me casaré con ninguna verdad absoluta y tan solo seré fruto de mí y de una circunstancia a cada momento. Freud no conocerá más verdad que la suya y su distancia con respecto al enterrador de mi pueblo la marcará la libertad de pensamiento y dicción de cada uno El creador no tendrá más valor artístico para mí que cada uno de sus frutos. De la misma forma ningún principio valdrá más que su persona. Dejaré de confiar en lo mejor para mí y mi futuro.  Moriré en cada intento si fuese necesario y seguiré conociendo a Agustín García Calvo porque me gusta y me dice lo que yo no sé decir Y dejaré de contar el tiempo con las horas del reloj en la medida de lo posible,,,

...porque no me creo casi nada de lo que me han contado

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