21 octubre 2010

Z y Vielpunkt, dos padrazos gays



Desde que abrí el blog he querido publicar una entrada en honor a Z y Vielpunkt, dos pingüinos gays que en junio del 2009 pudieron ver realizados sus sueños, y es que hay sueños que no entienden de raza, sexo, orientación sexual o especie, como la paternidad. Porque al fin y al cabo ¿qué es un sueño sino la proyección de una necesidad? Pero retrocedamos aún más en el tiempo...

Años 90. Dos pingüinos de Humboldt, ave originaria de la costa oeste de Sudamérica en Chile y Perú y en peligro de extinción, coinciden en el zoológico Am Meer de Bremerhaven, al norte de Alemania. Se conocieron, se cortejaron y desde entonces hasta ahora no se separaron. Una de las características más peculiares de esta especie es que no se puede trazar una línea clara en cuanto a comportamiento de pareja, es decir, muchos suelen cambiar de pareja cada año; mientras que otros permanecen juntos durante varios años, pero en cualquier caso no suelen ser animales monógamos. Sin embargo, dadas las circunstancias que a Z y a Vielpunkt les tocaron vivir, pues juntitos toda la vida.

Los pingüinos de Humboldt suelen criar una o dos nidadas por año de dos huevos cada una. Los huevos son incubados por sus padres (entiéndase madre y padre) durante algo más de un mes. Una vez que las crías rompen el cascarón (normalmente suele sobrevivir una de las dos), éstas son protegidas por sus progenitores durante unos veinte días. En el caso de Z y Vielpunkt, ellos empollaban piedras, hecho que sorprendió a los cuidadores del zoo. Es entonces cuando decidieron hacerles pruebas de ADN para determinar el sexo de ambos, pues esta especie no presenta dimorfismo sexual (diferenciación física entre los distintos sexos). Se dan cuenta de que son dos machos y homosexuales, pero da igual porque según el veterinario portavoz del zoo Joachim Schöne la homosexualidad es "algo sano y totalmente natural" en la naturaleza, y en algunas especies como los pingüinos es además bastante frecuente.

 ¿Destino o casualidad? Todo esto coincidía con un hecho no tan extraordinario en el mundo animal: un huevo era rechazado por sus padres. Pero aquel huevo, Z y Vielpunkt estaban de suerte aquel día: los veterinarios del zoo decidieron que aquel pingüinito sería criado por aquella pareja tan deseosa de paternidad. Una vez que la cría nació, Z y Vielpunkt cumplieron perfectamente con sus facetas de papis perfectos: lo alimentaron con papilla de pescado que ellos mismos masticaban, lo protegieron, lo limpiaron y le dieron calor hasta que la cría se hizo independiente. "Son muy buenos padres, cariñosos y concienzudos", aseguró Shöne. ¡Qué lindos! ¿no?

Hasta el día presente, estos padres han criado a varios pingüinos de todas las orientaciones sexuales, comportamientos y sexos. Los cuidadores del zoo son perfectamente conscientes de ello e informan debidamente a los visitantes de este hecho, que no es singular. No hace falta hacer muchos más comentarios a cerca del hecho de que dos animales homosexuales tengan instinto paternal y lo desarrollen de forma eficaz cuando las circunstancias se lo posibilitan, porque ese hecho habla por sí solo.

Cada día que pasa quedan menos pingüinos de Humboldt en todo el mundo. ¿Responsables? Pues algunos seres humanos, como casi siempre.  ¿Causas? La contaminación en las aguas de las islas del Callao (Perú) por la vertida de aceites y químicos por la actividad portuaria; razones gastronómicas; extracción del guano (acumulación de excrementos de aves que se usa como fertilizante) con la que los pingüinos construyen sus nidos; o la estúpida idea de algunos papis de comprarle unos pingüinitos lindos a sus hijos para que se entretengan durante unos cuantos días. Después que les den por culo a los bichos.

Por suerte Z y VIelpunkt, aunque no viven en libertad, están protegidos en aquel lugar de cualquier amenaza humana contra ellos y los suyos.

Buenas noches,

Leonard.

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