04 octubre 2010

¿Qué tienen en común?








¿Qué tienen en común Gwen Stephani, Dolores O'Riordan y Michael Jackson? Pues para mí tienen en común dos cosas bastante claras: los tres son cantantes y, además, tres de mis cantantes favoritos. Sin embargo, también son muchas las diferencias entre ellos. Y entre ellos y yo. Dolores O'Riordan, por ejemplo, es católica apostólica romana y yo más bien no, aunque me siento de alguna forma influido por mi educación cristiana. Pero no, evidentemente no soy católico. Gwen Stephani, además de cantante, es diseñadora de moda y a mí la moda ni me va ni me viene. Me da igual. Y ¿qué decir de Michael Jackson? Pues tenía una vida privada bastante controvertida (por usar un gran eufemismo). ¿Y qué? Yo no ceno con ellos, ni serán mis invitados de honor el día hipotético en que yo me case. En realidad, simplemente escucho sus músicas, y me gustan.

Supongo que en similar disyuntiva se encontrarán quienes escuchen 50 cent, Sizzla o Beenie Man. Son músicos de hip hop y reggae. Hacen músicas muy distintas, pero tienen una afición en común: escupir letras cargadas de odio y asco hacia los homosexuales. Por ejemplo, podemos encontrar en una canción del artista reggae Sizzla lo siguiente: "Mata a un maricón y siéntete orgulloso" (traducción al español). ¡Vamos, lo que se dice paz y buen rollo! El artista 50 cent (su nombre es cuanto menos sugerente) invita con un mensaje en su twitter a los homosexuales a que se suiciden: "si eres hombre y tienes más de 25 años y no comes coño, mátate joder. El mundo será un lugar mejor. jajaja". Pero no queda ahí, no. El mensaje de "cincuenta céntimos" adquiere un carácter más simpático si analizamos el contexto en el que lo publica. Y es que días antes saltó la alarma pública de suicidios de adolescentes homosexuales en los Estados Unidos. Casualidad o no, muy didáctico el mensaje. Y estos son tan solo unos cuantos ejemplos por no citar la inmensa lista de artistas homófobos, o sí, citemos otros cuantos: el grupo francés Sexion d'Assault considera intolerable la desviación homosexual, el zimbaués Potato aconseja evitar "actividades" como la homosexualidad (muy inteligente Sr. Potato), el jamaicano Buju Banton incita a disparar a los gays a la cara, rociarlos con ácido o quemarlos vivos. Ojalá fuesen tan solo unos cuantos capullos los que con sus graffittis de pollas gordas pintasen las mentes de sus fans de obscuridad. Sin embargo la homofobia está mucho más extendida de lo que parece. Y es que son muchos los sacerdotes que denuncian la homosexualidad como una amenaza pestilente y luego se exceden en sus vicios privados; muchos los políticos retrógrados y otros tantos que van de progres legalizando el matrimonio gay pero sin hacer nada en materia educativa; y muchas AMPAS (asociaciones de madres y padres de alumnos) y profesores preocupados con el tema del "bullying" (préstamo que viene a significar "acoso escolar") pero que vuelven la vista atrás cuando intuyen las causas de dicho fenómeno. Punto y aparte. 

Asher Brown, Tyler Clementi y Seth Walsh son tres personas que guardan grandes diferencias entre ellos. A Asher Brown de 13 años de edad le encanta leer y jugar con su padre; sin embargo, no le gusta la ropa de marca ni los iPods. En cambio a Tyler Clementi que tiene 18 años le encantan las nuevas tecnologías e internet a la vez que tocar el violín. Pero al que más le gusta estudiar de todos es a Seth Walsh de 13 años, al que sí le gusta mucho la moda. Asher se pegó un tiro en la cabeza, Tyler saltó del puente George Washington en Nueva York y Seth se colgó de un árbol del patio de su casa que en este caso no era particular, sino bastante común. Y en común tenían al menos dos cosas: los tres eran homosexuales y acosados por sus compañeros de clase. Quizá solo eso, quizá más. 

Un estudio reciente de la ABC estima que los adolescentes homosexuales son cuatro veces más propensos a cometer suicidio que los heterosexuales. No suele creer en estadísticas, pero ésta (con su amplio margen de error) me la creo.

 A veces, tan solo a veces, pienso que la libertad de expresión está sobrevalorada.

Buenas tardes,

Leonard 

2 comentarios:

  1. Independientemente de su vida privada, sus pensamientos hacen que yo sienta cierta atracción por lo que dicen o hacen, ya sean músicos, actores o escritores. Sus pensamientos deben decirme algo interesante y de alguna manera deben enriquecer los míos, o dejarlos intactos, pero nunca empeorarlos. No creo que se presente la misma disyuntiva entonces, con los grupos que tu escuchas o escritores a los que sigues. Ellos dejan una huella en ti, a veces positiva, enriquecedora, pero nunca una mella. ES diferente enriquecer de menoscabar. "Tus" músicos te aportan, los otros solo quitan.

    (P.)

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  2. Vamos, que estoy de acuerdo contigo!

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